Cuando el sol augural deja tendido a su amante la luna en el talamo divino y sonrie en el balcon de los albores con limpidez, cuando mis manos infundadas de fervor agarran las plumas ociosas, cuando te consagro llevadera del titulo de mi sexo, emergen estos textos del cieno de las aguas abisales de mi corazon:
Vernacula de mis memorias, que como golondrina de papel te guareciste del brusco vendaval en las ramificaciones de mi pecho.
Embotadora de sentidos, enmañadora de mi sano juicio, profanadora de mi pundonor, zahereciente y lacerante de mi razon.
¿Cuanto tiempo paso dello?, pregon de primavera corazon de invierno ¿ Cuanto que no desentraño que misterio que tiene morada en tus ojos?
Yo soy el conocedor de ese antro que llamas sentimientos, el desatinado que frisaba el paroxismo que su fragata se embarco en el mar delineado y blanco de tu piel, el amante con teson que sus actos fueron tildados de execrables por osado en el tribunal de la razon, por colonizar y sembrar un estandarte en tu centro como descubridor.
Presumidor de muchos denominaciones, muchos seudonimos pero como tu me conoces:
El trotamundo peregrino de la travesia ardua de cruzar tu corazon.
No hay comentarios:
Publicar un comentario