lunes, 13 de mayo de 2013

Lo alcanzo la oscuridad, caminaba lento como inseguro del paso a dar, su cabeza colgaba bajo y reprimía sollozos, algunos se le escapaban y caían y se pedían entre el barrido de los pasos. Centenares de historias había escrito, otro lote incalculable había contado, no encontraba la suya. Seguro la había perdido entre las demás, esas que había contado para complacer, esas que había escrito para gustar, ninguna lo llenaba. Sentía temblores por que si escribía no podía parar, se concentraba hermético en su silla y no regresaba al mundo durante, ¿días quizás? ¿meses invaluables tal vez?, no lo recordaba al igual que el paradero de su historia.¿ La habrá dejado en se amor que narro una vez? en es muchacha que lo enamoro tal sutil, lastima que el era altivo, ella risueña, el calculador frió, ella resuelta a exprimirle las cosas buenas a todo, y la senda era muy estrecha.
O tal vez nunca tuvo historia, tal vez la suya propia nuca existió, era un compuesto de todas aquellas que recolectaba y describía tan bien como si fuese la de el, que por un espacio de tiempo se creyó verdadero protagonista de ellas. Había tenido buena templanza y buena introspección, hasta que un sujeto llego en baldón  a preguntarle. Esa tarde contento escribía, no le importaba la fuente de las cosas, las palabras dichas, el también tenia algunas cuantas que decir, y otros orígenes que rebatir. Quisiera decir lo que nadie ha dicho, hablar lo que nadie ha narrado, hacer lo que ellos creen imposible. Se retrepaba en la silla, y se asía los cabellos, no encontraba como comenzar, entonces le dijo: Escribe sobre ti.
Las dudas lo vendaron, esas palabras lo golpearon. Nunca había escrito sobre el mismo, ¿Entonces por que no intentarlo? no encontraba ni pies ni cabeza a un comienzo, se estrujaba, se calentaba, se reconciliaba, se deprimía, elevo ansias, cayeron en picada, estableció alegría, pero en vano.  No tenia historia, no recordaba contacto alguno con camaradas, con allegados, solo leía y sabia de alguna que otra cosa por sus frías lecturas, ¿ Quien era? ¿ Acaso el era una palabra que moraba un libro?, debo de serlo decía tras cavilar mucho, pues eso es lo escaso que recuerdo. Airado corrió y salio de su madriguera a buscar su historia, preguntándole a todos si la habían visto, las mujeres se indignadas volteaban sus caras, los hombres en saña empañaban algunas bromas, algunos hasta llegaron a mirarlo con profunda lastima. Sin mas que decir, retorno caminando garbado, con la cabeza oscilando en su pecho. Al llegar a su antro, escribió esta historia, colocándole de titulo: Mi historia.

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